domingo, 29 de noviembre de 2015

"No manches"

Por Diego M. Gámez Espinosa
Hoy utilizada como una expresión de sorpresa y admiración, que puede ir desde una pregunta como “¿en serio?” hasta una afirmación como “que mal está esto”, la frase ha sido registrada por algunos como una forma no vulgar de la expresión, también muy mexicana, “no mames”. Aunque su cercanía en significado hoy es absolutamente real, y en algunos casos se utilizan como sinónimos, mi percepción, luego de investigar un poco, es que ambas provienen de distintos momentos y de distintos contextos, y que por su cercanía fonética y estructura gramatical, además de estar ambas relacionadas con un hecho negativo, se convirtieron en frases cercanas, hoy frases hermanas, que por cierto a los extranjeros que aprenden nuestro idioma, les cuesta mucho entender.
Sin tener aún una investigación profunda, parece ser que la frase “no mames” es consecuencia de economía lingüística derivada de la frase “no seas mamón”, que aparentemente surgió hacia finales de los 70 para referirse a alguien que actuaba como infante, pese a ser un adulto. Es decir, “ya pasaste de tu época de lactante, ya no seas infantil: no seas mamón”, por una parte, y por la otra y para hacerla más ofensiva, su acepción más vulgar: “si vas a decir o a hacer tonterías, mejor hazme sexo oral”, por aquello de que en la felación también se succiona.
Sin embargo nuestro asunto no es esa frase, directamente, aunque tuve que referirme a ella por su hermandad semiótica hoy en día con “no maches”. Ésta es la que nos ocupa.
¡No manches! ¿De dónde proviene la frase “no manches”? Tengo una teoría luego de investigar un poco, decía, y recordar el léxico del centro del país hace 30 años. No me lo van a creer, pero parece que el responsable de ésta frase es: Álvaro Carrillo. Si, el compositor mexicano nacido en Oaxaca en 1919. Esa teoría la comencé a esgrimir desde 1994, año en el que comenzaba a estudiar semiología y que conocí un disco en el que se reunía parte de la obra más importante de éste internacional cancionero mexicano.
Resulta que a Carrillo le grabaron su primer tema en 1956 y que se hizo muy famoso solo un año después con la muy romántica “Amor Mío”, que le cantara Lucho Gatica. Entre 1957 y 1965 le grabaron sus más famosas canciones y entre ellas “Eso”, que tiene en María Victoria a su principal interprete, aunque no fue la única que la grabó.
Antes de continuar, déjeme decirle que “no manches”, según su servilleta, y por la teoría que formulo, es una contracción de una frase muy común en las décadas de los 70 y 80 en el centro del país, cuyo significado era, básicamente, “no hagas eso que es malo”, “no me trates así”, “no te involucres en eso”; estamos hablando de la famosa frase de los chavos de esa época “no manches tu vida”.
Bueno, pero ¿hasta ahora qué tiene que ver Alvaro Carrillo con eso? Pos Eso. Los que conocen la letra de la canción antes comentada, ya saben para donde voy, porque seguramente recuerdan que el estribillo de esa melodía dice: “Si ya no me quieres, al menos no mientas, ni manches tu vida”. No me crean, porque cuando se habla de procesos semióticos, cada uno tiene sus propios signos, pero con la complicidad del pujidito de María Victoria, así como la penetración social de la Radio y la Televisión en esa época, Alvaro Carrillo podría ser el origen del proceso semiótico-social de la frase “no manches”, aunque no de todos sus actuales significados. Ya saben, la lengua es un ser vivo que se recrea en boca de sus usuarios. 

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