Por Diego Martín Gámez
Hace ya tiempo que Espondencia tiene serios problemas.
-Debes dar solución lo antes posible, le dice preocupada su madre.
Ella se lleva las manos a la cabeza y las pasa como si quisiera que su cabello crespo quedara totalmente lacio. Está tan preocupada con sus problemas de comunicación, que sus dedos surcan la mata como cosechadora en la milpa.
-Debo tomarlo en serio por todos. Tengo que solucionar ahora, se dice a si misma y lo grita a su madre.
Apurada sale de casa con la superiora detrás, y mientras se aleja por la calle grita desesperada:
-Corre Espondencia, corre.
Y las misivas llegaron.
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